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si eres ciego orgánico y no puedes ver porque te es imposible entonces -sí- tu puedes hablar de la ceguera mas si eres miope y no puedes ver más allá de tus propias narices porque no quieres ver o porque
Hace calor y llueve… Hoy no se puso el sol porque, por la tormenta, amaneció ya puesto. Estabas a mi lado… Amaneciste practicando equilibrio al borde de mi cama y en la ardiente ribera de mis sueños. Y el sol
Desde el abismo de un misterio oscuro (de una zona entrañable que conforma mis límites y me llena de acentos) me apuran la tenaz melancolía, esta arrogancia antigua poniéndome los gestos repetidos y la tierna aspereza del canto que yo
Un poco más acá de los incendios, un poco más allá de las nevadas, parado bajo el sol y mirando la lluvia que barre, en chaparrones, la vereda de enfrente de mi casa, estoy pensando en vos, pensando en verte,
Sentado en la tarde oigo llover sobre el tambor de zinc de mi arca de Noe Diluvia como si nunca fuera a parar como si fuese la última vez También mi corazón diluvia como afuera pero adentro adentro adentro llueve
Quiso ser grande, inmenso, como un bosque cubriendo el horizonte y que en sus ramas altas, dobladas por el peso de las frutas, entre trinos y vuelos anidaran los pájaros. Anheló ser la sombra de todos los veranos y también
Dicen que dónde está la poesía que la poesía es otra cosa que no saben no entienden mi osadía que dónde está la rosa Señores mis señores también yo fui joyero y jardinero y cultivé la rosa y la vestí
Se nos va destrozando este reino de cosas… No sabemos sus límites, ni sus profundidades, ni siquiera la altura delirante de sus altas montañas. Y andamos como a tientas, casi siempre perdiéndonos en todas las esquinas… en cada media cuadra.
Yo bosquejo (escribo) mis poemas caminando la sombra de los árboles o bien a cielo abierto en el naufragio de la tarde o el misterioso guiño de las constelaciones cuyo código secreto no alcanzo a descifrar yo camino las calles
He vivido a tu sombra, floreciéndome hasta fui los reflejos luminosos que alumbraban tus pasos para que vieras ocultos desniveles y no te tropezaras. Me he marchitado cantidad de veces al sentirte lejana aunque junto a mi marcha tu marcha
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