LOBOS EN SUEÑOS (Poema de Domingo Adalberto Galli, dedicado a su pueblo)

Yo me acuerdo, me acuerdo de ese otro Lobos
que se quedó dormido y, a veces, sueña.
Tiene mil nombres propios… diez mil olvidos,
cicatrices de vías… ¡Cielos bajitos!
Lo adornan los Carbonis y los Arévalos,
las Zapiolas, Elviras ¡Chacras lecheras!,
el Empalme le sueña sueños de trenes
y allá , en las aguas mansas de la Laguna,
se bañan así, en cueros,
Villa Logüercio y Salvador María.
Y el Lobos que se pierde en mi memoria
se me aparece
en todas las esquinas y en las ausencias.
No sueña con el indio porque a su historia
la escribieron, de a poco, con sangre gringa.
¿Quién se acuerda de todo…?
¿Quién de todo se olvida…?
Y así, el Lobos que duerme, duerme un sueño intranquilo
sin saber, con certeza,
ni cuando lo parieron ni el justo sitio.
Y con penas, trabajos, tragedias, fiestas,
se le pueblan orillas,
se le mueren las fábricas,
se le duermen las plazas
y fantasmas y duendes le habitan siestas
en casas con historias que borra el tiempo.
Pero el Lobos que sueño,
aunque se pierda en todas sus esquinas,
¡en todas sus esquinas regresa siempre…!

Domingo Adalberto Galli
Lobos, 1990