EL MITO DEL VINO Y LA SANDÍA. Por Claudio Giglio

Desde hace siglos, se popularizó la creencia de que la ingesta de vino con sandía era peligrosa, y probablemente mortal.

Eso comenzó en el siglo XIX, a raíz de violaciones producidas en un monasterio, y llevó a que los monjes crearan esa curiosa relación.

Sucede que la sandía contiene L-arginina, una substancia con efectos afrodisíacos, y de la cual se ha obtenido el afamado sildenafil, marca Viagra.

Tal vez también se pueda comprobar (yo lo intenté hace tiempo y no se produjo) a que se decía que, si se sumergía sandía en vino, la sandía se endurecía como una piedra.

En las sangrías, se puede introducir frutas cítricas, rosáceas y cucurbitáceas (sandía o melón y algunos usan pepino, y es perfectamente aceptado por el cuerpo.

El estómago con sus enzimas, sobre todo la pepsina, se ocupa de digerir lo que se le ofrezca.

En definitiva, la ingestión de vino con sandía no es ni mortal ni peligrosa.

Al que le guste, puede juntarlas.

No hay riesgo mítico, salvo la intolerancia hacia alguno de los componentes o el mal estado de alguno de ellos, o el abuso en las cantidades.

NO ES LO MISMO UN VASO DE VINO Y UNA PORCIÓN DE SANDÍA QUE DOS LITROS DE VINO Y UNA SANDÍA.

Buen provecho.

Claudio Anibal Giglio
DNI 4134981