EL ECO (Poema de Domingo «Pocho» Galli)

Cuando se pierda el eco (el eco plañidero)
de la campana gris del campanario;
cuando descanse el trueno
y la luz del relámpago, jugando,
encienda mil hogueras en el cielo
y se vayan cerrando las ventanas para que duerma el pueblo;
cuando las flores no tengan colores
porque la noche las pintó de negro
como pintó las plazas y las calles,
las veredas, los frentes y los techos;
cuando las nubes corran apuradas llorando en aguaceros
y en cada gota de agua haya un milagro
que le susurre al suelo
que, aún bajo y pisoteado, es siempre un padre nuevo
renovándose siempre, a cada instante,
en un trabajo silencioso y pleno;
cuando entre tanto ruido
haya silencio sólo en un momento,
se escuchará mi voz -pájaro herido con sus alas rotas-
gritando mi impotencia ante el misterio
y el dolor infinito
de no ser día de sol, ni rayo, ni relámpago, ni trueno,
ni lluvia, ni huracán.
De ser tan sólo un eco.
Ese eco monocorde y plañidero.