AMO ESAS CASAS (Poema de Domingo Adalberto Galli)

Por Infolobos junio 11, 2020 09:56 Volver a la Home

Amo esas casas que se fueron…
Las de entrañable olor a pan,
a salsas, a grasa derritiéndose,
a flores de lavanda dormidas entre sábanas,
a alcanfor, a canela y a eucaliptos.
Amo esas viejas sillas, en orden en torno de las mesas
(con sus viejos adornos de madera torneada
o sus fruteras altas que fueron como nidos cálidos para frutas de cera).
Amo, tal vez, esas cortinas indiscretas que aún se mueven al viento
aunque nadie esté cerca…
Las casas de altas puertas con rincones oscuros
para guardar las sombras de los que ya se fueron,
las risas de otro tiempo
y el eco de una charla susurrada que es parte de un misterio.
Amo esas casas que siguen albergando mil historias pasadas
las cosas importantes que se ha llevado el tiempo de a pedazos
en los aromas de los abanicos
y en los viejos retratos que van desvaneciéndose.
Amo esas casas a las que les temo
porque están recordando los dramas y pasiones
con huidizos fantasmas de aquel tiempo que juega, sin descanso,
a absurdas escondidas con mi tiempo.
Me enternece la vana serenata de caireles
que anda poblando todos los rincones de la sala en silencio
donde agoniza un piano herido de polillas
y un mantón de Manila va perdiendo sus flecos.
Todo es sólo un recuerdo de una vida que quizás no viví
pero que, sin embargo, me ha vivido los días tercamente.
Suelo perderme en las soledades
de los viejos jardines taciturnos en las noches de invierno
o en las tardes de lluvia cuando todo titila
jugando en gotas de agua que tiemblan en la hojas
en tanto ellas se duermen.
No hay telarañas en estas casas que amo.
No hay manchas de humedad ni hay espejismos.
Hay, sí, una mariposa de colores que se llama memoria
y me vuela las sendas borradas por los días con su viento.
Por una banderola de vidrios color verde se escaparon los sueños
y las hadas dejaron olvidadas sus tontas varas mágicas
en los colchones de trinos solitarios del canario en su jaula.
Amo esas tiernas casas que se fueron
y, empero, se quedaron.
Esas casas tan mías que forman mis arrugas, que me anegan los ojos,
y me alerdan los pasos.

Por Infolobos junio 11, 2020 09:56 Volver a la Home