SE IMPUSO EL NOMBRE DE «MAGDALENA ALVAREZ DE ZUGASTI, COCA» A LA ESCUELA DE ADULTOS 701

Ayer, en un acto realizado en el salón de la Escuela Primaria N° 1, se impuso el nombre de “Magdalena Alvarez de Zugasti, Coca”, a la Escuela de Educación de Adultos 701.

La Orquesta Escuela de Lobos acompañó el ingreso de las banderas y ejecutó el Himno Nacional, compartiendo en el final del acto un par de temas populares.

La docente Karen Dupraz relató la trayectoria de la Escuela de Adultos, y la directora leyó la Resolución con la imposición del nombre, entregando una copia de la misma a su nieta.

Ornella Zugasti, nieta de la inolvidable Coca, la directora del servicio, María Paz, la inspectora Jefe Distrital, Marta Amorena y la Inspectora de Adultos, Miriam Echarri, descubrieron la placa que luego bendijo el Padre Roberto Giovanettone.

El sacerdote remarcó, entre otros conceptos, que “Coca fue una mujer de fe, que le ayudó a sobreponerse a todas las dificultades que tuvo en la vida”.

“También fue una persona muy comprometida con la comunidad lobense y con la comunidad educativa”, agregó.

“ME SIENTO INMENSAMENTE ORGULLOSA DE SER SU NIETA”

Ornella Zugasti, la nieta que tenía sólo 12 años cuando falleció su abuela, habló en nombre de la familia.

Dijo que “para mí y mi familia, este momento tiene un valor inmenso, ya que hoy no solamente se le pone un nombre a una institución educativa, hoy se honra una historia, una vida dedicada al servicio y un legado que sigue vivo en la memoria de quienes la conocieron”.

“Es decirle al tiempo que su huella no se borró, que su entrega no fue en vano, que su vida sigue siendo semilla. Mi abuela, Magdalena Noemí Alvarez de Zugasti, entendía la educación como un acto profundo de servicio, no enseñaba sólo contenido, enseñaba valores, humanidad, respeto y esperanza. Creía que cada persona merecía oportunidades, y dedicó su vida entera a que otros pudieran crecer, aprender y soñar”, remarcó para luego recordar que fue directora, además de la escuela que ahora lleva su nombre, de la Primaria 2, y del Colegio Padre Larumbe.

“También su compromiso trascendió las paredes de la escuela, trabajó en tareas comunitarias, en la Iglesia, fue vicepresidenta de la Bibioteca Sarmiento, trabajó en el Centro de Jubilados, en el teatro junto a del Buono, siempre presente y disponible, hacía todo con amor genuino, sin buscar reconocimientos ni esperar aplausos”, remarcó.

“Hoy, con los años y la distancia, comprendo aún más la magnitud de su entrega y lo admirable de su trayectoria, y quiero agradecer profundamente a cada persona que, a través del voto popular, eligió su nombre para esta escuela, gracias por ver, por reconocer y honrar su camino”, enfatizó más adelante.

Y concluyó: “me siento inmensamente orgullosa de ser su nieta, porque ella no vivió para sí, vivió para los demás porque creyó en la educación como puente hacia una sociedad más justa, humana y consciente. Que su nombre aquí no sea sólo una placa, sino un símbolo vivo de lo que significa educar con amor. Gracias abuela por sembrar tanto, gracias a todos por hacerlo eterno”.

También con sentidas palabras la evocó Ana María Di Santo que experimentó mucho de su carrera docente al lado de Coca.

Y finalmente habló la Inspectora Jefe Distrital también realzando virtudes de la personalidad de la querida docente.